A que distancia se encuentra la felicidad? , Que forma alberga en sí misma?, estas son dos de las principales preguntas que me rondan la cabeza en los días que debido a la sucesión de rayadas mentales, me lleva a hacerme entre esas algunas cuestiones de parecido calibre.
Pues a decir verdad, a día de hoy, no le he encontrado respuesta a dicha incógnita, y es que no creo que encontrarle respuesta sea vital, para poder seguir recorriendo como cada día este laberinto de incertidumbres.
Se que la felicidad me ronda, y eso es suficiente. Es como si hubiera un enano , que de vez en cuando tirandome de las orejas , me recordase que debo sonreir. Pero ya no se hace necesria la interacción. Sale solo.
Pensando que la felicidad lejos de encontrarse a kilómetros de distancia, podía encontrarla aquí mismo. Fue entonces cuando pensamos que esta Semana Santa no iríamos muy lejos, pues a cada kilómetro que recorriésemos se iba a encarecer de forma exponencial el gasto del viaje, y la satisfación no tenía que verse modificada de igual manera.
Después de despejar la primera incognita [Hotel ó Casa Rural], decidimos los dos que la mejor opción era la segunda, pues siempre es algo más romántico. [y bárato]. Ahora se trataba de elegir el destino. La primera opción fue Valecia, Cáceres, Avila, etc.. pero poco a poco, todas estas opciones se diluian , si pensabamos en la respuesta a la primera pregunta que me planteaba al principio de estas líneas.
La idea es desconectar, verdad? Q diferencia hay de hacerlo en Valencia, Cáceres y cualquier provincia limítrofe a ellas. Esta es evidente, es que el transorte hasta allí encarecía el precio del paquete final en casi 150 euros más, y la verdad es que estábamos de acuerdo, en que no era el momento de tirar el dinero.
Buscando un alojamiento rural en la Comunidad de Madrid, encontramos miles/millones de posibles destinos ahora, había que filtrar con un único fín. Eliminar el máximo número de alojamientos y que el número de alojamientos finalistas fueran como máximo diez. Tardamos un rato, pero al finar nos quedamos con cuatro, y después de deliberar un rato, nos quedamos únicamente con uno que se encontraba en Rascafría. Este seleccionado, lo tenía todo: estaba muy cerca, podríamos disfrutar de un bonito paisaje, y sobre todo, tenía jacuzzi.
Si alguna vez buscais un alojamiento rural en Madrid, os recomiendo sin ninguna duda que aposteís por esta casita rural, se llama LOS ESPINARES, y está en la zona de rescafría asi que no está para nada lejos. De todas las maneras os dejo el enlace, para que la podaís ver con más detalle.
http://www.rinconesdelmundo.com/casas-rurales/los-espinares_1915