Momentos de complicidad [II]...

Era una tarde fría de Finales de Febrero, estábamos entrando en la última semana del mes. En otro lugar, eso si no muy lejos de donde ocurrió por primera vez. Una vez más nos sentamos a tomar una coca-cola en un sitio tranquilo, donde poder charlar tranquilamente sobre nuestras cosas. Estabas tan cariñosa como siempre, eso si algo resfriada, pero eso no te iba a impedir estar tan encantadora como de costumbre.

No hacia ni siquiera 24 horas que te había visto por última vez. Pero tenía unas ganas locas de volver a tenerte en mis brazos. Podría tirarme las horas acariciando cada rizo…

Pasado un rato estabas sentada sobre mí, jejeje. Es increible!. Creo que es como una droga. No creo que tenga más efectos secundarios que el de la felicidad y no termina con un bajón como pasa con otras drogas una vez que finaliza su efecto..

 

Parecía que nada ni nadie podían perturbar este estado mágico, pero no fue así. De repente una voz de ultratumba que provenía de nuestra espalda, nos advertía del riesgo de tan arriesgada postura. Dicha advertencia fue aceptada por ambos no sin la pertinente cara de resignación. Pero no hubo más remedio que acatar dicha premonición.

Un rato más tarde alejados de aquel ente profético y aguafiestas sentado en el suelo y apoyado sobre la fachada del centro comercial te recostaste nuevamente sobre mí.