Momentos de complicidad [ III ]...
Eran las 19:23, mi tren estaba entrando en la estación de Pradillo. Aún quedaban siete minutos de margen hasta y media que había quedado contigo. No quería llegar tarde como la última vez. No fue culpa mía, la L12 del metro no funcionaba con normalidad aquel día, pero esta vez, todo había salido perfectamente.
Subí hasta el vestíbulo de la estación y de allí a la superficie. Esta vez llegué antes que tu. Jajaja. Lo conseguí. Al igual que no me gusta que lleguen tarde cuando quedan conmigo, tanto o más me molesta llegar yo tarde. Un par de minutos antes de las 19:30 te divisé al final de la calle. Durante algo menos de un minuto, mis pupilas quedaron clavadas en las tuyas. Estaba atento a cada uno de tus movimientos, me sonreíste y te lo agradecí devolviéndote el gesto. Instantes más tarde, estabas frente a mí. Abriste tus brazos, tanto como alcanzabas y rodeaste mi cintura. Levantaste la vista y volviste a regalarme una sonrisa. Durante unos segundos estuve hipnotizado por la magia que me transmitías. Cerré los ojos y nos besamos…
Esta vez en una cafetería cercana, te acercaste a la barra y pediste a la persona que estaba detrás de la barra y le pediste un par de coca-colas. Se hizo un silencio que duró unos segundos. De repente se iluminó tu rostro, levantaste la mirada y me dijiste..
Tengo una cosita para ti..No supe que decir, por un momento los nervios se apoderaron de mi , y perdí el control..
Cogiste el bolso y sacaste tu monedero, lo abriste y sacaste una fotografía que me habías dedicado. La cogí y quedé nuevamente prendido por tu carita. La giré y leí la dedicatoria.
Muchisimas gracias!.No supe que más podía decir, [Me quedé sin palabras].
Eres increible! Te dije..Y tú eres bobo, me replicaste.Saque de mi bolsillo interior de la cazadora mi abono transporte y busqué una fotografía con la que poder obsequiarte. Y la firmé en ese mismo instante.
“Quiero formar parte de tu locura
Pondremos nuestras almas de partitura”
Con mucho cariño.
Alberto.
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